José vivió lleno de
bendiciones, después de pasar por la esclavitud. Moisés fue libertador de
Israel a pesar de haber matado a un egipcio.
Daniel gobernó en tierra
extraña después de haber perdido su idioma, sus vestiduras, hasta su nombre.
Dios transformó en salvación
la sangre que Jesús derramó en la Cruz.
Cuando agradeces al Señor
incondicionalmente, aun estando en lo profundo del foso, Dios ¨el tejedor¨
interviene en tu vida y entremezcla las hebras toscas con los hilos de terciopelo.
Salir del foso no
será fácil, tienes que vivir el ENTRENAMIENTO necesario por el tiempo que
sea, por doloroso que sea, pero siempre con la certeza de la promesa del Señor,
de que vas a salir VICTORIOSO.
¨Aquí en el mundo tendrán
muchas pruebas y tristezas; pero anímense, tengan Valor, confíen, YO he
vencido al Mundo¨ (Juan 16:33)
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