Vocalista del grupo Ráfaga decidió cambiar de vida y acercarse a lo espiritual. Afirma que es posible compatibilizar espiritualidad con lo mundano. La vida de Rodrigo Tapari cambió dos veces. La primera fue hace 14 años, cuando entró en el grupo Ráfaga. Allí debió reemplazar a Ariel Puchetta. Otro punto de quiebre llegó cuando entregó su vida a Dios.
Ya son varias las veces que nos visitas. ¿Qué llevas del Perú dentro de ti?
Me llevo siempre el cariño y el respeto. Desde la primera vez que fui me recibieron con mucho cariño. También visité con mi mujer e hija Machu Picchu, y estuve en Arequipa, Tacna y Lima. Los paisajes que vi fueron alucinantes.
¿Ha sido la música la que te ha permitido conocer otros países?
Todo ha sido a partir de la música, pero es gracias a Dios que tenía predestinado esto. Por algo Dios quiso que fuera la voz de Ráfaga. Si hay alguien a quien tengo que agradecer por lo que estoy conociendo y por poder solventar mi vida con la música, es a Él.
¿Qué fue lo que te acercó a lo espiritual?
Siempre fui una persona de bien, pero en el camino de la música hay muchas cosas que no están bien. Estuve a punto de perder a mi familia y de separarme de mi mujer. Fue entonces cuando tome una decisión para recuperar y restaurar mi matrimonio, y lo único que pudo salvar eso fue Dios. Por eso me volqué de lleno a Él.
¿En qué fallaste?
Si hablamos de errores, hablamos de engaños, alcohol y muchas otras cosas, pero no solo es eso, sino también el respeto. Si no hubiese decidido ser un hijo de Dios, no tendría a mi familia a mi lado hoy.
¿Qué tan difícil te es compatibilizar tu cercanía con Dios con tu vida de artista?
Con el tiempo logré comprender que se pueden compartir ambas cosas: la vida en Cristo y la vida en el mundo, las cosas mundanas. Yo pertenezco a una banda que le canta al mundo, que es Ráfaga, pero tengo la certeza de que Dios me puso en este camino y dentro de la banda.
¿Con qué propósito?
En mis conciertos puedo brindar un mensaje a muchas personas que quizá nunca conocieron a Dios. A través de Ráfaga puedo dejar un mensaje. Si lo hubiese intentado sin ser conocido, no me habrían prestado atención.
¿Cuándo empezaste a relacionarte con la música?
Antes de tener uso de razón cantaba, y a los cinco años toqué por primera vez un teclado, pero siempre me costó cantar porque soy tímido. Formé varias bandas, y siempre me escondía detrás del piano para cantar, porque me daba vergüenza, hasta que llegó la oportunidad de participar en Popstars, un reality show, y pude llegar a la final. A partir de eso salió la propuesta para Ráfaga y cambió mi vida. Conocí lo que es cantar en estadios, y aprendí mucho.
¿Qué tan fuerte suena la cumbia en Argentina?
La cumbia siempre fue muy marginada. Se le ponía como música de gente pobre y clase baja, pero era de la boca para afuera, porque acá no puede faltar en ningún tipo de fiesta, de cualquier estrato social. La gente es un poco hipócrita al respecto. Por todo eso, no es un tipo de música tan masivo, aunque actualmente no hay un estilo de música masivo en Argentina. Se escucha un poco de todo, pero la canción ‘Una cerveza’ es la que más está sonando en cada rincón del país.
¿Por qué crees que ese tema pegó?
No pasa por la letra o el mensaje, sino por la melodía, que es muy bailable, muy rica musicalmente. Digo eso porque me mandan videos de muchos niños cantando esa canción, y ellos no tienen ni idea de lo que es una cerveza, pero la melodía les llama la atención.
¿Qué habrá en tu futuro?
Proyectamos el nuevo disco, que tuvimos la posibilidad de grabar en Miami, Estados Unidos. Lanzaremos dos canciones con videoclips que también fueron filmados allí.
“Estoy aprendiendo muchísimo gracias al cristianismo; sobre todo cómo nos tenemos que comportar”.
Fuente: El Peruano
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